viernes, 22 de abril de 2011
MIYAMOTO SENSEI EN MOSCÚ
domingo, 17 de abril de 2011
TAKEDA YOSHINOBU SHIHAN
Yo personalmente tuve la oportunidad de practicar una sesión en el dojo Musubi de Luis Mochón Sensei con un alumno de Takeda Sensei, Jean René Leduq, y lo cierto es que su trabajo no es que me enamorase, sinceramente, pero no puede entenderse repito si no es en el ámbito de que el tori siempre tiene una espada en la mano, y que esos ukemis son un método de evasión ante un corte. Me gusta especialmente esta exhibición porque no abusa de ese "no touch aikido"; sino que utiliza siempre el contacto, que es lo que personalmente estudio.
KISABURO OSAWA SHIHAN
domingo, 3 de abril de 2011
SOBRE GUITARRAS Y AIKIDO
A grandes rasgos, una persona que viene al Dojo a pedir información sobre las distintas disciplinas marciales que ofrecemos. Se le hace ver en qué consiste cada una de las actividades, los horarios que tienen, preguntas varias y variadas y, por último, se le expone el precio.
Normalmente, aquí acaba la cosa. Se le ofrece una o dos clases de prueba y si la persona tiene interés y le gusta, se introducirá en este mundo y, si no lo tiene, pues no vendrá o arrojará la toalla a las primeras de cambio.
Sin embargo, esta vez ocurrió algo que me dejó helado. La respuesta que me dió fue la siguiente: "Ufff eso es muy caro. Yo pago eso por una o dos clases de guitarra, pero por darse armazos aquí no".
Imagino que pondría cara de muñeco manga, con la vena de la frente marcada en forma de cruz y con la gota de sudor bien prominente sobre mi excelsa calva... Ciertamente no supe que contestar. Bueno, mejor dicho. Si sabía que decir exactamente, pero referirme a sus ancestros y tener que retirar execrencias plúmbeas con una pala de sus columbarios no me parecía demasiado educado. ¡¡¡ Dios me hago viejo!!!!.
Bromas aparte, la cuestión es bastante seria. ¿Por qué se nos valora tan poco?. O sea, una clase de guitarra si vale lo que vale, y una clase de una disciplina marcial (la que sea) no. Y yo me pregunto.. ¿acaso llegar a impartir una disciplina marcial no conlleva una vida llena de sacrificio, estudio, abnegación y práctica constante, igual que pueda serlo llegar a dominar un instrumento musical?.
Quiero pensar que se trata de una cuestión socio-cultural más que otra cosa. En oriente, la figura del maestro de Artes Marciales tiene un status social bien reconocido, con un rol importante . En occidente, ese reconocimiento aún no ha llegado, o bien, está infravalorado. Es triste la verdad. Y digno de admiración toda aquella gente que se dedica de forma completamente profesional, sin "apoyos extra" en esa labor. Sólamente su trabajo, su esfuerzo y su estudio dentro del tatami, como el concertista de guitarra, pero cambiando partituras por ukemi.